Botones de muestra
“Espía -el país en off-” del suplemento Domingo de Perfil está a cargo del editor Ernesto Ise, ex periodista de la revista Día 8, entre otras. Colaboran en la sección Erica Olijavetzky Mayer, Martín de Vedia y Mitre, Alfredo Ves Losada y Patricio Navarra.
La sección tuvo sus perlas destacables. Para muestra, LasPeriodísticas reproduce tres: la pequeña serie sobre la pelea entre las chicas de Alberto Rodríguez Saá y otra sobre una razón oculta por la que quizás Evo Morales no vino al país en su primera gira, que involucra a Aníbal Fernández.
A quienes el chisme político les parece inútil o desgraciado, no sigan leyendo. A los que continúan, disfruten y, quién sabe, hasta sorpréndanse.
Sábado 31 de diciembre de 2005
A las manos
El clima estaba caldeado desde hacía un tiempo y era previsible una gresca. Pero el vaso rebasó cuando Esther Goris se enteró de que allegados a Alberto Rodríguez Saá, entre ellos su hermana Zulema, estaban organizando una fiesta para intentar que el gobernador se reencontrara con su ex amor, Leonor Benedetto. Más que claro está que la actual novia del Alberto no es muy querida; sin embargo, sus gritos pudieron más que las rencillas familiares y el festejo debió suspenderse hasta nuevo aviso. Se dijeron muchas cosas en aquella oportunidad, sobre todo que con ese episodio la relación entre cuñadas había terminado de arruinarse. Pero hubo más: días atrás, en plena Casa de Gobierno, Zulema y Esther se trenzaron a golpes. Y como prueba fehaciente de que a la actriz nadie la puede ver, basta la actitud del modisto y secretario de la gobernación, Miguel Caram, quien al pasar por ahí tiró algún que otro manotazo en defensa de Zulema. Aunque varios de los presentes dicen que no lo hubiese necesitado, ya que Esther venía llevando la peor parte.
Domingo, 8 de enero de 2006.
Saá, con cama afuera.
Luego de la tempestad, llegó la calma a la Casa de Gobierno puntana, donde la semana pasada hubo golpes entre Esther Goris y su cuñada Zulema Rodríguez Saá. La oficina que ocupaba la hermana del gobernador Alberto Rodríguez Saá hoy está deshabitada y ya no se escuchan gritos de peleas por los pasillos. Zulema, por orden de su hermano, debió volver a dirigir el Diario de la República, propiedad de la familia, lugar donde ya estuvo en alguna otra oportunidad sin ser periodista y sin firmar siquiera una nota. Dicen que Zulema está muy dolida, no por haber tenido que dejar la política, sino por haber sido apartada de su cargo por su hermano más compinche y al que ella defendió siempre con uñas y dientes. Tal vez el único consuelo que le quede sea pensar que al menos ya no necesitará volver a animar fiestas vestida de payaso como lo hizo cuando la familia vivía al borde de la línea de la pobreza.
Domingo 15 de enero de 2006
Las causas del enojo de Evo hay que buscarlas en la Casa Rosada.
Con la paciencia de la civilización milenaria que lleva en la sangre, Evo Morales soportó estoicamente que una consultora vinculada a Aníbal Fernández trabajara para su contrincante, el candidato de Washington, Jorge “Tuto" Quiroga, en las presidenciales de Bolivia. Pero una vez obtenida la victoria, el líder cocalero no pudo contener la bronca de sus asesores más influyentes contra los funcionarios argentinos. Esto explicaría, en parte, por qué el electo primer mandatario dejó a Buenos Aires para el final de su gira mundial. Por razones económicas, el ex ruckaufista Claudio Ambrosini –vocero de Sergio Massa- rechazó una oferta de Quiroga para asesorarlo, y por eso sus equipos de campaña salieron a buscar otro operador. Y encontraron a Adrián Kochen, de X Comunicaciones, un ex duhaldista que trabaja desde hace años con el ministro del Interior. Kochen armó un equipo de cinco personas para instalarse dos meses en Bolivia. El contingente –integrado por productores de Mitre y La Red- no la pasó bien en La Paz, ya que hasta los asesores locales de Quiroga mascullaban la bronca de tener que escuchar recomendaciones de los argentinos, y Kochen no es un operador humilde que sepa compartir decisiones. Por eso decidieron hacer base en Santa Cruz de la Sierra. Hoy, el Gobierno argentino asegura que no hay diferencias con el presidente electo, pero reconoce que no ayuda al fortalecimiento de la relación bilateral la indefinición de Evo sobre quién será su canciller. Esta incógnita hace que cada dirigente que aspira al cargo negocie con Argentina los términos de su visita al país. “Hay que recibirlo con todos los honores”, fue, no obstante, la orden de Néstor Kirchner. Lo que incluye movilizar hacia la Plaza de Mayo a los piqueteros oficialistas. Además, el Ejecutivo enviará una importante delegación a la asunción del cocalero. No sólo funcionarios asistirán a la ceremonia, ya que desde las oficinas del INADI -que depende de Interior-, están haciendo gestiones para que viajen representantes de las comunidades indígenas de todo el país.
La sección tuvo sus perlas destacables. Para muestra, LasPeriodísticas reproduce tres: la pequeña serie sobre la pelea entre las chicas de Alberto Rodríguez Saá y otra sobre una razón oculta por la que quizás Evo Morales no vino al país en su primera gira, que involucra a Aníbal Fernández.
A quienes el chisme político les parece inútil o desgraciado, no sigan leyendo. A los que continúan, disfruten y, quién sabe, hasta sorpréndanse.
Sábado 31 de diciembre de 2005
A las manos
El clima estaba caldeado desde hacía un tiempo y era previsible una gresca. Pero el vaso rebasó cuando Esther Goris se enteró de que allegados a Alberto Rodríguez Saá, entre ellos su hermana Zulema, estaban organizando una fiesta para intentar que el gobernador se reencontrara con su ex amor, Leonor Benedetto. Más que claro está que la actual novia del Alberto no es muy querida; sin embargo, sus gritos pudieron más que las rencillas familiares y el festejo debió suspenderse hasta nuevo aviso. Se dijeron muchas cosas en aquella oportunidad, sobre todo que con ese episodio la relación entre cuñadas había terminado de arruinarse. Pero hubo más: días atrás, en plena Casa de Gobierno, Zulema y Esther se trenzaron a golpes. Y como prueba fehaciente de que a la actriz nadie la puede ver, basta la actitud del modisto y secretario de la gobernación, Miguel Caram, quien al pasar por ahí tiró algún que otro manotazo en defensa de Zulema. Aunque varios de los presentes dicen que no lo hubiese necesitado, ya que Esther venía llevando la peor parte.
Domingo, 8 de enero de 2006.
Saá, con cama afuera.
Luego de la tempestad, llegó la calma a la Casa de Gobierno puntana, donde la semana pasada hubo golpes entre Esther Goris y su cuñada Zulema Rodríguez Saá. La oficina que ocupaba la hermana del gobernador Alberto Rodríguez Saá hoy está deshabitada y ya no se escuchan gritos de peleas por los pasillos. Zulema, por orden de su hermano, debió volver a dirigir el Diario de la República, propiedad de la familia, lugar donde ya estuvo en alguna otra oportunidad sin ser periodista y sin firmar siquiera una nota. Dicen que Zulema está muy dolida, no por haber tenido que dejar la política, sino por haber sido apartada de su cargo por su hermano más compinche y al que ella defendió siempre con uñas y dientes. Tal vez el único consuelo que le quede sea pensar que al menos ya no necesitará volver a animar fiestas vestida de payaso como lo hizo cuando la familia vivía al borde de la línea de la pobreza.
Domingo 15 de enero de 2006
Las causas del enojo de Evo hay que buscarlas en la Casa Rosada.
Con la paciencia de la civilización milenaria que lleva en la sangre, Evo Morales soportó estoicamente que una consultora vinculada a Aníbal Fernández trabajara para su contrincante, el candidato de Washington, Jorge “Tuto" Quiroga, en las presidenciales de Bolivia. Pero una vez obtenida la victoria, el líder cocalero no pudo contener la bronca de sus asesores más influyentes contra los funcionarios argentinos. Esto explicaría, en parte, por qué el electo primer mandatario dejó a Buenos Aires para el final de su gira mundial. Por razones económicas, el ex ruckaufista Claudio Ambrosini –vocero de Sergio Massa- rechazó una oferta de Quiroga para asesorarlo, y por eso sus equipos de campaña salieron a buscar otro operador. Y encontraron a Adrián Kochen, de X Comunicaciones, un ex duhaldista que trabaja desde hace años con el ministro del Interior. Kochen armó un equipo de cinco personas para instalarse dos meses en Bolivia. El contingente –integrado por productores de Mitre y La Red- no la pasó bien en La Paz, ya que hasta los asesores locales de Quiroga mascullaban la bronca de tener que escuchar recomendaciones de los argentinos, y Kochen no es un operador humilde que sepa compartir decisiones. Por eso decidieron hacer base en Santa Cruz de la Sierra. Hoy, el Gobierno argentino asegura que no hay diferencias con el presidente electo, pero reconoce que no ayuda al fortalecimiento de la relación bilateral la indefinición de Evo sobre quién será su canciller. Esta incógnita hace que cada dirigente que aspira al cargo negocie con Argentina los términos de su visita al país. “Hay que recibirlo con todos los honores”, fue, no obstante, la orden de Néstor Kirchner. Lo que incluye movilizar hacia la Plaza de Mayo a los piqueteros oficialistas. Además, el Ejecutivo enviará una importante delegación a la asunción del cocalero. No sólo funcionarios asistirán a la ceremonia, ya que desde las oficinas del INADI -que depende de Interior-, están haciendo gestiones para que viajen representantes de las comunidades indígenas de todo el país.
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