jueves, enero 19, 2006

Human Rights Watch critica a K por varios lados


Human Rights Watch, una de las organizaciones más respetadas del mundo en materia de derechos humanos critica al gobierno de Néstor Kirchner por diferentes frentes. La noticia sale en Clarín y La Nación.

Critica la intención de modificar el Consejo de la Magistratura, lo que según la ONG va en contra de los avances en materia de Justicia, que significaron los cambios en la Corte Suprema y la reapertura de las causas por delitos de lesa humanidad contra represores.

Cuestiona y pide que se regule el manejo de la publicidad oficial, si bien miembros de HRW declararon que “en Argentina hay libertad de prensa (porque) los diarios escriben editoriales críticas e interrogan autoridades (¿¡!?)”.

Advierte sobre las (no tan) supuestas llamadas telefónicas a periodistas con opiniones distintas al gobierno. “Si se hacen con un objetivo intimidatorio son inadmisibles y condenables”, sostuvieron. Y afirman que recibieron denuncias de este estilo que van a investigar.

Alerta sobre la paralización de la ley para el acceso a la información en el Congreso. Y también que no se hayan ampliado los derechos de libertad de expresión. (Algo que Clarín no publica es el ejemplo que Human Rights Watch da, para este punto, en el resumen que publica en su web: la demanda penal presentada por el inefable Secretario de Medios Enrique Albistur contra Darío Gallo, la revista Noticias y la editorial Perfil. La ONG sostiene que no deberían permitirse querellas en lo criminal, sino, en todo caso, en lo civil).

Es durísimo con respecto al estado del sistema penitenciario argentino, en especial en Buenos Aires. Critica desde el hacinamiento de los presos hasta las torturas que se les infringen.

Condena las restricciones arbitrarias para que las mujeres tomen decisiones reproductivas, la falta de acceso a los anticonceptivos y la prohibición del aborto (puntos que Clarín tampoco consigna, pero sí La Nación).

Como suele ser, la nota de Ana Barón, la corresponsal de Clarín en Estados Unidos, está muy mal escrita (omite nombres de pila, tiene errores gramaticales, de cohesión y ortográficos). Además, el texto relativiza algunos puntos, ya sea mechando elogios y declaraciones diplomáticas, o desde la escritura: “El organismo criticó la manera en que —considera— el Gobierno está distribuyendo la publicidad oficial entre los medios de comunicación”, dice Barón, así, con superguiones. Nobleza obliga, la periodista suele tener buena información.


Sorprende que Clarín reproduzca este informe en un tono más enfático que el de La Nación, habida cuenta que apenas consignó otros, como el de la SIP.